A este aparador años 60 de Rosario se le ha dado una nueva vida. Para esto hubo que eliminar el típico barniz de poliuretano que tanto se usaba en esa época.
Después se aplicó pintura selladora acrílica para que nos agarrase mejor la pintura definitiva que Rosario quería darle. Eligió un blanco roto muy bonito y elegantón.
La tapa se barnizó con goma laca a muñequilla que como siempre le da una categoría especial al mueble. Ha quedado hecho un «bombón»