Esta bonita escribanía filipina había perdido parte del dibujo y de la laca así como zonas de madera muy desgastadas.
Se restauró con Axon la parte de la madera y después se pintó con pintura acrílica negra. Las partes del dibujo dorado también se reintegraron con pintura dorada y a continuación se desgastó con lana de acero. El interior se forró con papel y la parte exterior se acabó con goma laca a muñequilla. Una bonita escribanía que merecía la pena recuperarla.