Hoy os mostramos el proceso de restauración de este marco dorado
Como podéis ver, se encuentra bastante deteriorado, tanto el dorado como las molduras decorativas.
Primeramente, hemos limpiado el marco con agua jabonosa.
Este primer ataque, incide directamente sobre la primera capa de polvo adherida al marco.
Para una limpieza más profunda usamos dimetilsulfóxido.
Este líquido, aplicado con un hisopo, elimina la purpurina añadida en una mala restauración anterior y hace que el pan de oro recupere su brillo natural.
Siguiendo con la restauración, llega el momento de recomponer las molduras.
Como se ve en las fotografías, en todos los engletes faltan decoraciones.
Algunas se han conservado, hechas pedazos eso sí, y otras simplemente no existen.
Intentamos mantener las partes originales haciendo un puzle con ellas.
Una vez restaurado el marco con todas las piezas originales, modelamos a mano aquellas piezas decorativas que no existen.
Es un proceso de restauración muy meticuloso, pero muy agradecido.
Modelamos con una pasta de madera llamada axón, y poco a poco vamos dando forma a las tallas decorativas acorde al resto de las esquinas
Una vez recompuesto, llega el momento de dorar.
Lo hacemos con una capa de yesos, a modo de cama, para que descanse el pan de oro.
Después de lijar esta capa de yesos, aplicamos dos capas de bol rojo, una tierra que hace que pan de oro luzca tal como se aplicó en la elaboración del marco.
Tras el secado del bol rojo, lo bruñimos con un perrillo o pincel de cerdas duras y cortas.
Ahora es el momento de esta restauración, en el que aplicamos las finas láminas de oro.
Lo aplicamos con agua cola poco a poco sin dejar a la vista ninguna de las capas inferiores.
Tras 24 horas de secado, limpiamos el marco de todas aquellas partes que no se hayan pegado a la estructura.
Repasamos los resanes con oro en pasta.
Para terminar esta restauración aplicamos dos manos de gomalaca luna con el fin de preservar los materiales y conservar el sabor antiguo de la pieza.
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