Recibimos todo tipo de encargos en nuestro taller de cerámica de Madrid.
Pocas veces nos presentan retos tan interesantes como este que hoy os muestro.
Se trata de un plato específico para presentar cortes de jamón profesional.
Naturalmente para hacer este encargo he tenido que aprender un poquito sobre este fascinante mundo.
Cuando hacemos cerámica para misiones tan específicas toda información es poca.
Hemos hecho este plato en el taller de cerámica en forma de espiral con rosas y peonías.
Son dos de mis flores preferidas.
La pasta cerámica que hemos utilizado es porcelana, ya que con ella podemos trabajar muy fino.
Lo primero que hemos modelado en nuestro taller de cerámica son las paredes que conforman la espiral.
Como no he una espiral plana, sino que va subiendo alcanzando los tres niveles, la plancha la hemos cortado en cuña.
Dicha cuña tiene una inclinación de 30 grados.
Tras tener las paredes de nuestro plato de cerámica listas procedemos a hacer la base
Esta base de cerámica la modelamos también con porcelana con una plancha de 0,5 cm de grosor.
Para que parezca más ligera a la vista afinamos los bordes, así conseguimos que parezca más delicada sin dejar de ser robusta.
Llega el momento de hacer las rosas y las peonías.
Cada pétalo está modelada a mano en porcelana cerámica.
Son finísimos y cada uno de ellos texturizados con pétalos reales.
No sabría deciros cuánto tiempo tardé en modelarlos, pero es tan entretenido que se me hizo corto.
Y es que en el taller de cerámica se pasan las horas volando.
En total modelé 30 rosas y 26 peonías, todo un despliegue de primavera para que nuestro plato de jamón luzca como una escultura de boda.
Como el modelado de este plato es bastante complejo y barroco, decidimos poner un esmalte muy discreto.
Elegimos un blanco roto desgatado para darle un sabor antiguo sin quitarle el protagonismo al jamón.
Lo esmaltamos todo de color claro para hacer que el verdadero protagonista de esta pieza, el jamón, luzca de lo más apetitoso.
Aunque todos sabemos que si el jamón es bueno no importa el plato, nosotros quisimos darle un lugar de lujo para presentarlo.
¿creéis que lo hemos conseguido?
Para terminar la pieza montamos el plato en una base de madera de abeto con los bordes fresados
Como el abeto es de un color muy claro y no resaltaba bien el plato, teñimos la madera.
El tinte que utilizamos fue el más natural que tenemos en el taller de cerámica, la nogalina.
La nogalina es corteza de nogal quemada y molida.
Al mezclar la nogalina con el agua conseguimos un tinte natural precioso.
Para terminarlo barnizamos con gomalaca un total de 4 capas.
Y para impermeabilizarlo todo para que no se estropee con el uso, terminamos con un barniz extrafuerte al agua.
Te ha gustado como ha quedado ¿verdad? Pues estoy seguro que lo que más te habría gustado es comerte esa maravilla de jamón. ¡estaba buenísimo!
Galería
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